En nuestro país la producción agropecuaria representa una actividad vital para el desarrollo, ya que a través de ella se obtiene el alimento de su población, sin tener que depender de las importaciones. Aunque la mayoría de los cultivos se producen en forma extensiva, en la actualidad se ha incrementado el interés por la producción agropecuaria bajo el sistema de granjas integrales ecológicas, como una alternativa para productores con pequeñas extensiones de terreno. Las granjas integrales ecológicas ofrecen una serie de ventajas: uso eficiente de los recursos disponibles, obtención de diversos productos durante todo el año, bajos costos y posibilidad de autoabastecimiento familiar, producción limpia libre de contaminantes y de enfermedades para los seres humanos.
Esta visión de integralidad es la que se pretenden divulgar y lograr con las instituciones educativas que posean espacios para instaurar este modelo, a través de los proyectos pedagógicos productivos, que hacen que la labor educativa sea más propedéutica, mediante la aplicación de los conceptos vistos en clase con la práctica; esto permitiría un nuevo pensamiento, más holístico, del cual podrán conformarse proyectos educativos piloto que generen propuestas empresariales, para que los mismos estudiantes sean los gestores de su propio desarrollo. Pero para desarrollar este modelo pedagógico de granjas integrales se necesitan recursos financieros que muchas instituciones educativas no poseen.
El SENA contempla, bajo los lineamientos institucionales, el apoyo del capital humano, lo cual impide el suministro de recursos financieros a la Institución educativa. Es por esto que se hace necesario el aporte de otras entidades públicas y/o privadas para hacer realidad estas ideas educativas.
La humanidad viene tomando conciencia del continuo y sistemático deterioro ambiental y de su efecto sobre nuestra calidad de vida. Una de las principales fuentes de contaminación se relaciona con la agricultura convencional o química, que arrasa con la flora natural para sustituirla con monocultivos; utiliza fertilizantes y pesticidas químicos, cambiando la biología natural y contaminando los suelos, el agua y los alimentos; destruye la capa de ozono, fomenta la explosión de plagas, enfermedades y arvenses (mal llamadas malezas); usa hormonas de crecimiento, sustancias para la maduración, preservantes y recientemente, semillas manipuladas genéticamente (semillas transgénicas). Estos procesos e insumos empobrecen los alimentos y afectan la salud humana y el medio ambiente.
Los efectos de este desarrollo en vez de producir una mayor suficiencia alimentaría, por el contrario han deteriorado y desmejorado la calidad de la vida rural, generando mayor dependencia de los productores, reduciendo sus capacidades y posibilidades de búsqueda de alternativas ante los problemas de la producción. Todo esto implica la pérdida de la autonomía para la toma de decisiones y organización de sus vidas.
Ante la crisis de los sistemas agrarios, que han convertido extensas áreas de bosque natural en ecosistemas simplificados de baja productividad, es necesario replantear las estrategias adoptadas en el pasado y presente y revisar los conceptos de sostenibilidad ecológica. Se requiere un cambio radical en el modelo de producción de los alimentos, fundamentado en los conocimientos ancestrales, con aprovechamiento de la diversidad biológica, ecosistémica y cultural de las regiones para lograr un desarrollo sostenible, a través de la aplicación de técnicas apropiadas y uso adecuado de los recursos locales, son hoy las instituciones de formación las encargadas de promover los cambios necesarios y suficientes para formar a los jóvenes en estos conocimientos.
La I. E. Pablo VI no cuenta con recursos económicos para adquirir herramientas e insumos agrícolas para el desarrollo de las prácticas de formación que requieren los estudiantes que cursan la media técnica en agropecuaria. Tampoco existe en el municipio un centro de producción tecnificado que pudiera convertirse en el ambiente de aprendizaje del grupo. Las fincas que poseen algunos estudiantes tienen déficit de recursos financieros y sistemas productivos manejados técnicamente. Estos docentes lograron con su gestión un apoyo económico de 25 millones para la implementación de este proyecto en la Institución educativa para reforzar la Edución Media Técnica, con el objetivo de aportar a la recuperación del equilibrio del suelo mediante el uso y manejo adecuado de los recursos naturales, integrando la agricultura y la producción pecuaria ecológica con los intereses y preocupaciones de sus productores, para lo cual se tendrá en cuenta la investigación y la tecnología.
Las granjas integradas ecológicas están dirigidas a la satisfacción de las necesidades de autoconsumo de comunidades campesinas y en especial de poblaciones marginadas, que de una u otra manera no alcanzan a competir en un sistema de mercado capitalista. Por otra parte, se pretende el alcance de altos niveles de eficiencia e integración dentro de la organización de la producción, que permita generar excedentes para la comercialización.
La Granja integrada ecológica tiene la misión de mejorar los conocimientos de organización, participación y desarrollo productivo, así como la dieta alimenticia de las familias a través del consumo de proteína animal; mejorar el ingreso económico, promover la diversificación de cultivos mediante el uso de las buenas prácticas agrícolas. Maximizar el uso del recurso suelo a través de prácticas permaculturales y promover la participación de los jóvenes del proyecto en los diferentes procesos de cambio.
La Institución Educativa Pablo VI tiene actualmente un convenio firmado con el SENA (Complejo Tecnológico Minero Agroempresarial) para el apoyo de la formación Técnica Agropecuaria en los grados 9,10 y 11, a través de la aplicación de las competencias laborales, beneficiando este año 322 aprendices. Los docentes técnicos de la I.E. multiplican las estructuras curriculares que brinda el SENA a través de sus Instructores, quienes realizan un acompañamiento y seguimiento permanente al proceso académico y pedagógico.
El propósito del SENA es formar trabajadores competentes, que estén en capacidad de responder a las demandas de los sectores productivos del país, con calidad, pertinencia, eficiencia y capacidad de adaptación a los cambios e innovaciones de tipo técnico, tecnológico, en el ámbito nacional e internacional.
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